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Este es un espacio para compartir reflexiones sobre la construcción de la Sociedad del Buen Vivir, una sociedad donde el paradigma del "hacer" para "tener" y finalmente "ser" se sustituya por el "bienser" para el "bienhacer" y en consecuencia el "bientener".

martes, 27 de septiembre de 2011

Introducción a la Política Pública para Transformar la Educación Superior

Augusto X. Espinosa A.
Vanessa Calvas


El Plan Nacional de Desarrollo 2009-2013 del Ecuador, denominado Plan Nacional para el Buen Vivir, define un “Nuevo modo de Generación de Riqueza y Re-distribución” para el país, que supone un cambio en la matriz productiva buscando el tránsito de una economía primario exportadora a una basada en la producción y exportación de conocimiento.

Este proceso rebasa la limitada concepción del desarrollo circunscrita al ámbito productivo pues  deberá tener implícitos los principios constitucionales y los objetivos propuestos en el Plan Nacional del Buen Vivir 2009-2013. En consecuencia, no será suficiente caminar hacia la Economía del Conocimiento sino hacia la construcción de la Sociedad del Conocimiento Justa y Solidaria.

En este sentido, tan importante como la transformación productiva es la apropiación colectiva de los beneficios de esa transformación, es decir, ir más allá del logro de altas tasas de  crecimiento del producto de la economía del conocimiento sino que será indispensable romper con los patrones previos de acumulación que convirtieron al Ecuador en uno de los países más inequitativos en América Latina, siendo esta la región más inequitativa del Mundo.

La principal fuente de inequidad es la concentración de la propiedad de los medios de producción; la tierra,  el capital y el conocimiento; por lo tanto, la redistribución del ingreso por la vía tributaria es insuficiente para erradicar la pobreza y lograr mayor equidad.

Efectivamente, mientras que la recaudación tributaria en el Ecuador pasó de 14.6 mil millones de dólares en el período 2003-2006 a 24 mil millones entre el  2.007 y 2.010,  el coeficiente de gini[1] pasó de 0,54 en diciembre del 2.006 a 0,50 en diciembre del 2.010,  lo que indica un alto grado de desigualdad (INEC, 2010).

De esta manera, se puede asumir que la estrategia para construir una Sociedad del Conocimiento Justa y Solidaria consistiría, usando terminología “cepalina”, en igualar para crecer y crecer igualando; es decir, tan importante como la distribución secundaria del ingreso será la distribución primaria del ingreso y, al pretender basar la economía en el conocimiento, el principal medio de producción a democratizarse deberá ser precisamente el conocimiento.

En este sentido, la apropiación social del conocimiento tiene dos dimensiones: una  relacionada con la dotación de conocimiento, es decir, con la formación de talento humano y, otra con el uso del conocimiento con fines de innovación; por esta razón, la transformación de los sistemas de educación superior, ciencia, tecnología e innovación es vital para que sea factible el proceso de cambio impulsado en el Ecuador.

En consecuencia, la motivación para transformar la educación superior ecuatoriana no se fundamenta en la búsqueda de la excelencia por la excelencia sino que tiene como objetivo la construcción de la Sociedad del Conocimiento Justa y Solidaria.

En efecto, la universidad ecuatoriana puede transformar la realidad social en la medida que se convierte en un instrumento de movilidad ascendente, esto supone la democratización de la dotación de conocimiento eliminando barreras para que los ciudadanos que provengan de los estratos más pobres y desfavorecidos de la sociedad puedan acceder, transitar y obtener un título de educación superior en igualdad de condiciones que el resto de la población.

Un primer paso en esta dirección es el mandato constitucional de gratuidad de la educación hasta el tercer nivel que rompió la tendencia hacia la elitización de la educación superior manifiesta en las últimas décadas; así, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos –INEC-,  la tasa neta de matrícula en el quintil uno de ingresos pasa de 9,6% en el 2.008 a 12,4% en el 2.009, mientras que en el quintil dos se mueve del 12,2% al 16,6% entre los mismos años. (SENPLADES, 2010)

Pero el acceso democrático y meritocrático a la formación en  educación superior solo tiene sentido en la medida en que el conocimiento impartido sea de calidad y pertinente para la futura inserción de los graduados en el mundo del trabajo

En síntesis, se podría decir que una Agenda de Transformación de la Educación Superior debería promover la creciente cobertura con acceso democrático y meritocrático, la calidad con pertinencia de la oferta académica y la garantía de trabajo pleno para los graduados.

Pero adicionalmente, es necesario entender que el rol del Sistema de Educación Superior no se limita a la trasmisión de conocimiento sino que debe asumir un rol fundamental en la generación y uso innovador del conocimiento. En este aspecto,  la Universidad Ecuatoriana está en deuda con el país, por ejemplo, la producción de patentes es prácticamente inexistente, las publicaciones científicas son muy limitadas y el desarrollo de productos o servicios innovadores que promuevan un cambio en los patrones productivos es poco trascendente.

La producción de conocimiento y el uso del mismo con fines de innovación demandan de un plan audaz de formación del talento humano, del establecimiento de redes de investigación, de la implementación de infraestructura adecuada y definiciones claras respecto al usufructo social del conocimiento; todos estos elementos deben ser definidos considerando el contexto supranacional por lo que la Agenda de Educación debe incorporar una clara perspectiva de internacionalización.

Finalmente, la democratización en el uso del conocimiento implica que la política pública debe crear los incentivos necesarios para que la actividad de investigación de las Universidades se  articule a una Política Nacional de Ciencia y Tecnología cuyo énfasis debe ser la solución de problemas sociales y la consolidación de un “Nuevo modo de Generación de Riqueza y Re-distribución”

En consecuencia, se propone que la Agenda de Transformación de la Educación Superior se articule al objetivo dos del Plan Nacional del Buen Vivir, “mejorar las capacidades y potencialidades de la ciudadanía” y a su política 2.5., “fortalecer la educación superior con visión científica y humanista, articulada a los objetivos para el Buen Vivir”.

En este sentido, es importante que esta agenda defina prioritariamente una política pública orientada a crear los incentivos necesarios para lograr:

·         La adecuada caracterización de las instituciones que son parte del sistema.
·         El ingreso meritocrático a la educación superior garantizando la igualdad de oportunidades
·         La trasmisión de conocimiento contextualizado, pertinente y de calidad
·         La realización de investigación estratégica orientada a la solución de problemas sociales y productivos.
·         La transferencia de conocimiento  para su apropiación colectiva
·         La integración internacional y movilidad académica de calidad.

De esta forma se definen seis políticas públicas en materia de educación superior que se definen así:

1.     Fomento de la transformación, tipologización institucional y  estructuración pertinente de las instituciones.
2.       Fomento del ingreso  meritocrático e inclusivo  al sistema de educación superior
3.       Fomento de la trasmisión de conocimiento pertinente y de calidad
4.       Fomento de  investigación estratégica orientada a la solución de problemas sociales y productivos.
5.       Fomento de la transferencia de conocimiento para su apropiación colectiva.
6.       Fomento de la articulación internacional del sistema de educación superior y de la movilidad académica de calidad.

Como es evidente, directa o indirectamente la Agenda de Educación Superior está absolutamente articulada  al Sistema de Ciencia Tecnología, Innovación y Saberes Ancestrales; esto implica que la Agenda de Educación Superior es la otra cara de la moneda de la Agenda de Ciencia, Tecnología e Innovación.

El desarrollo de la Agenda de Educación Superior demanda la definición de indicadores de impacto y/o resultados para cada una de las políticas pero adicionalmente el establecimiento de  proyectos estratégicos para la estructuración de procesos que permitan alcanzar las metas que se propongan para los indicadores mencionados; este es el esfuerzo que debe continuar a este artículo.

Bibliografía

Didrickson, Axel. La Universidad del Futuro. UNAM, México, 2.002.

Didrickson Axel, La Construcción de Nuevas Universidades  para responder a la construcción de una sociedad del conocimiento, IEASALC, UNESCO, 2009.

CEPAL. La Hora de la Igualdad: Brechas por cerrar, caminos por abrir. CEPAL, Brasilia, 2.010.

CEPAL/SEGIB. Innovar para Crecer: Desafíos y oportunidades para el desarrollo sostenible e inclusivo en Iberoamérica. CEPAL, Santiago de Chile, 2.010.

ENEMDUM-INEC en Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo-SENPLADES (2010). Seguimiento al Plan Nacional del Buen Vivir 2009-2013. En: http://www.senplades.gov.ec/c/document_library/get_file?uuid=86586202-db12-4fed-bdd6-965f845b6930&groupId=18607

Instituto de Estadísticas y Censos del Ecuador- INEC (2010). Pobreza por Ingresos ENENDUM En: http://www.inec.gob.ec/web/guest/ecu_est/est_soc/enc_hog/pobreza

Oppenhaimer, Andrés. Basta de Historias: La obsesión Latinoamericana con el pasado y las doce claves del futuro, Random House Mondadori, Bogotá, 2.010.

Ramirez, René. (compilador). Transformar La Universidad para Transformar la Sociedad, SENPLADES, Quito, 2.010.



[1] El coeficiente de Gini muestra la concentración o distribución del ingreso por familias o personas, mientras más cercano a 0 menores niveles de desigualdad.

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